viernes, 17 de abril de 2020

Momento XI

¿Está usted con nosotros, o con las fuerzas del mal?


En nuestro país se han expresado opiniones de las más altas autoridades en la que se enfatiza como prioridad la salud, afirmando que con las políticas adoptadas se prioriza la vida. como si existiera una contradicción entre los objetivos económicos y la vida y bienestar de la gente.

O se acompaña al presidente o se traiciona a la Patria.

Esa opción se refleja en el comité asesor del presidente qué está integrado exclusivamente por siete médicos infectologos. Una sola disciplina actuando como referente desde su particular y especializado abordaje de la realidad.

Una ventana lateral no es un buen punto de vista para decidir sobre la vida y hacienda de los argentinos.

Un problema de esta magnitud tiene tantas aristas, además de la manifiestamente importante amenaza a la vida, y requiere un enfoque interdisciplinario que permita incluir efectos colaterales y en las distintas escalas de tiempo, Para que las medidas que se tomen tengan el equilibrio necesario y no resulten generadoras de nuevos problemas.

Si se toman en cuenta los cálculos, que han circulado en los últimos días, que sitúan entre 500 y 1000 millones de dólares las pérdidas diarias por la cuarentena, no caben dudas de que debería existir un comité de expertos economistas que participe en la mesa de decisiones de las políticas adoptadas para enfrentar al COVID 19.

Tampoco se puede dejar de recordar que deben existir muy fuertes argumentos que justifiquen el confinamiento indiscriminado de la población. Es muy grave quitarle libertad a los ciudadanos

Existen criterios coincidentes sobre sectores bien identificados que son más sensibles a los riesgos, pero que constituyen un número bastante menor de la población, mientras el 80% o más transcurre esta dolencia sin registrar síntomas o cursando con grados de molestia mínimos. Pero eso no justifica reducir a los mayores al encierro, suponiendolos imprudentes e incapaces de decidir por si mismos. Un viejismo pasado de moda parece haber reaparecido muy campante.


Como en la guerra, las acciones pueden ser masivas, aún al costo de víctimas civiles, o “quirúrgicas” y focalizadas en objetivos precisos. Esto último requiere un comando bien informado y con capacidades estratégicas y tácticas y no un mero fervor atemorizante, que resulta más letal que el mal que combate.

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