miércoles, 18 de marzo de 2020

Razones, memorias y esperanzas

Este año 2020 nos pone frente a una gran amenaza sobre nuestra salud y consecuentemente nuestras vidas, la pandemia del COVID19, nos retrotrae a momentos trágicos en que la población del mundo se vio azotada por diversas plagas. la peste negra, la peste bubónica, en el siglo pasado la gripe española que segó más de treinta millones de vidas.
En 1665 el Reino Unido comenzó a sufrir por un brote de la peste bubónica, la plaga que aterrorizó a Europa por la velocidad para esparcirse y acabar con los infectados. Debido a esto, la universidad de Cambridge, en donde estudiaba y trabajaba Newton, decidió cerrar sus puertas temporalmente, forzando a Newton a volver a la casa de su familia, en el condado de Linconshire. 
Hasta 1667 Newton tuvo que vivir en retiro forzoso en la casa conocida como Woolsthorpe Manor (hoy convertida en un museo visitado por miles de personas cada año). Durante este tiempo Newton realizó un gran número de experimentos, meditó sobre asuntos fundamentales de la matemática y logró una comprensión de la física que la humanidad no había alcanzado.
Las tragedias de Shakespeare tienen en común el profundo sentimiento de soledad que rodea a los personajes y la muerte del héroe al final de la obra; es el individuo frente a la sociedad. Su primera tragedia Tito Andrónico (1593-1594) coincide con la peste bubónica que azotó a Inglaterra. Por este motivo las representaciones teatrales fueron prohibidas en Londres desde 1592 hasta 1594. Se ha calculado que de cada seis personas en el país una murió.
 En ambos casos, su mundo quedó suspendido y cada uno de ellos hicieron de ese momento una  oportunidad para que su genio brillara.
Hoy tenemos maravillosos medios para que la distancia y el tiempo modifiquen el alcance de la coincidencia y la simultaneidad, brindándonos la oportunidad de compartir una hospitalaria virtualidad que nos facilita la convergencia en  espacio y tiempo.
Nuestra sociabilidad no se agota por el aislamiento físico, mientras las redes sigan activas. Aprovechemos esas herramientas para preparar el tiempo  futuro, cuando el virus se repliegue y la vida vuelva a su cauce. Que muy  probablemente será distinto, muy distinto de lo que hemos conocido.
Invito a mis amigos a que empecemos compartiendo la dura experiencia y la aprovechemos para ejercitarnos en compartir , en escuchar y en el construir colectivo.

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